100 días de soledad

100 días de soledad

Buena parte de los impuestos se los roban y el Estado no es más que un intermediario de negocios particulares, de grandes poderes, de grandes banqueros, de grandes constructores, de grandes medios. Todos se tapan con la misma cobija y todos ocultan sus ganancias en las mismas guaridas financieras.

Usted puede ser de la tendencia política que quiera, pero no me diga que 14 reformas tributarias en 28 años son prueba de éxito. La que presentaron Duque y Carrasquilla, a 100 días de su mandato, además, es una burda copia y profundización de todas las anteriores y consiste en hacer que los grandes capitales paguen menos impuestos. La forma de lograrlo, obviamente, es que la clase media y los sectores populares los asuman.

Para que la sociedad exista, se desarrolle, progrese y mejore su calidad de vida, todos debemos pagar impuestos. De hecho, todos lo hacemos. Hoy la mitad del total del recaudo tributario proviene de impuestos indirectos, es decir, el que paga exactamente igual el pobre que don Luis Carlos.

Entre más impuestos se paguen, más recursos tiene el Estado para suplir las necesidades de bienes y servicios públicos, como la educación, la salud, las vías, los servicios, los subsidios a los agricultores y el estímulo a los emprendedores. Pero esto no es lo que pasa en Colombia; aquí buena parte de los impuestos se los roban y el Estado no es más que un intermediario de negocios particulares, de grandes poderes, de grandes banqueros, de grandes constructores, de grandes medios. Todos se tapan con la misma cobija y todos ocultan sus ganancias en las mismas guaridas financieras.

En este sentido, la estructura de impuestos de Colombia es un mecanismo de transferencia de riqueza desde los consumidores hacia las arcas privadas. Sus bolsillos se rompen y los de los trabajadores no aguantan un remiendo más. Hasta el neoliberalismo que predican es una farsa: confiscan el ingreso de los consumidores y después los productores no tienen a quien vender.

¿Cuál libre mercado? ¿Su logro es un PIB per cápita de US$6.000? No importa, porque todavía queda petróleo para 5 años y la deuda externa ha crecido 112 veces en 30 años.

Solo se preocupan de los negocios, por eso se cubren las fechorías los unos a los otros. Todos son igualitos: Duque protege a Uribe, a Pastrana, a Gaviria, Vargas Lleras protege al fiscal que nombró Santos y todos lo defienden porque es el ‘consigliere’ de don Luis Carlos.

Todavía le queda sangre al anémico, vienen por lo que queda del salario, por las pensiones, por lo que queda de producción agrícola e industrial, mientras gremios como la SAC y la Andi defienden las políticas que arruinan a sus afiliados.

Por eso la gente protesta y lo único que saben hacer negociantes como Peñalosa es lanzar al Esmad. No tienen respuesta a los problemas, no tienen plan B, ni les interesa.

La única solución es reemplazarlos y cambiar la orientación: que los más ricos paguen impuestos, eliminando las exenciones tributarias, cobrando impuestos a los dividendos, a las herencias, al patrimonio, a las remesas de las utilidades empresariales. Establecer una tarifa diferenciada para pequeñas, medianas y grandes empresas. Combatir la corrupción, para invertir en competitividad y en estimular la producción nacional y la mano de obra bien paga, como en Alemania, donde el salario mínimo es más de 6 veces superior al colombiano. La esperanza, es que no hay mal que dure 100 años, ni contribuyente que lo resista.

Tomado de: Dinero

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