Las cuentas fiscales de Colombia para pasar los exámenes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) están embolatadas, sobre todo en vísperas de la ley de financiamiento que radicará el Gobierno en el Congreso.
De hecho, este martes en la mañana, se realizará una audiencia pública en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes, con el fin de socializar el proyecto de ley que ratificaría el acceso del país al ‘club de las buenas prácticas’, logrado en mayo de este año.
Ya conseguida la membresía, ahora lo difícil será mantener el sello Ocde, según han indicado distintos analistas, sobre todo por el costo fiscal que tendría que afrontar el país, sumado a la coyuntura actual, que tiene al Gobierno buscando $14 billones para financiar el Presupuesto del 2019.
Como el país no tiene completamente cubiertos sus gastos del próximo año, lograr pasar los exámenes que le pediría el ‘club de las buenas prácticas’,le exigiría al Estado desembolsillar unos $20 billones adicionales cada año por los siguientes tres lustros.
Estos cálculos fueron hechos por investigadores de la Universidad Eafit, quienes concluyeron que dicha cifra tendría que destinarse a la inversión de diversos programas sociales.
DEBATE LEGISLATIVO
En parte, esta cantidad de recursos se tendría que girar para lograr alcanzar los altos estándares que demanda estar en este prestigio grupo de países, del cual Colombia se convirtió en su miembro número 37.
Según el informe de Eafit, uno de los puntos más difíciles de lograr tiene que ver con que –en la realidad– una posible reducción de los impuestos a las empresas se vea traducida en mayores tasas de empleo en el país.
A propósito de lo anterior, un análisis de la Universidad Nacional, titulado ‘Colombia en la Ocde: ¿Es posible el desarrollo económico con desigualdad?’, plantea que estas propuestas no son nuevas en la legislación nacional y la literatura económica da muestras de que “en Colombia no se ha dado un impacto laboral que redujera significativamente el desempleo”.
En esto coincidió Horacio Ayala, exdirector de la Dian, y agregó que “probablemente es cierto que una reducción de los impuestos eventualmente podría generar un impacto positivo en la economía, pero no podemos decir o saber a qué plazo y ahí es donde está el problema, sobre todo ahora que el país pasa por una coyuntura fiscal y las medidas clásicas que se aplican en materia económica no se pueden usar en tiempos que no son de normalidad”.
UNAS POR OTRAS
Asimismo, explicó que en medio de la ley de financiamiento que se va a presentar o en otra reforma fiscal que se haga en el país se debe considerar en, realmente, gravar los dividendos, planteamiento que, de hecho, hace parte de los preceptos con los que trabajan los países de la Ocde.
“Cuando se habla de gravar a las personas naturales quieren solo tocar personas de a pie y a sus rentas de trabajo, pero no a los dividendos y así no podemos tener un recaudo similar al de los países de la Ocde. Además, también es importante que se reviva el impuesto a la riqueza, aunque con cautela, porque no todo lo que sea patrimonio debe ser gravado, pero sí aquel que esté en condición de generar renta”, detalló Ayala.
En cualquier caso, tener el sello Ocde no es gratuito, y este es precisamente uno de los temas que se discutirá hoy en la audiencia pública en el Congreso, de cara a la aprobación total del proyecto de ley con el que se ratificaría el ingreso del país a este club, el cual si bien tiene un elevado costo fiscal, también trae réditos importantes.
Es el caso, por ejemplo, de contar con sello de garantía Ocde ante otras naciones; de poderles exigir altos estándares, en materia social y ambiental, a los inversionistas nacionales y extranjeros; estar constantemente en evaluación con las mejores economías globales y participar en comités de alto nivel.
Como una especie de contraprestación, los países de este club tienen que cumplir, entre otras, con restaurar la confianza en mercados, instituciones y empresas; restablecer las finanzas públicas sanas, para crecer de forma sostenida; revisar alternativas para promover y apoyar nuevos recursos (innovadores y sostenibles) y asegurar que las personas de todas las edades puedan desarrollar habilidades para trabajar de forma productiva y satisfactoria en los trabajos del futuro.
OTROS BENEFICIOS DE ESTAR EN ESTE CLUB
– Contar con evaluaciones permanentes frente a las mejores economías del mundo.
– Compartir experiencias exitosas, con el fin de superar retos internos y externos.
– Incidir en la agenda global, exigiendo respuesta cooperativa y coordinada.
– Acceder a fuentes estadísticas, económicas y sociales, logrando analizar la viabilidad de ciertas políticas públicas en el país.
– Tener disponible un centro de pensamiento privilegiado y, por ende, a expertos de primer nivel, para discutir sobre contrataciones y asesorías.
– Participar en comités de alto nivel en la Organización.
Tomado de: Portafolio